El volumen de ventas de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE) en España en los últimos años ha mostrado no solo su fortaleza como parte de la cultura española, sino su capacidad de recuperación tras los episodios más complicados (especialmente la pandemia) y de adaptación al nuevo escenario digital. Según datos oficiales de SELAE, en 2022 se vendieron casi 9.687 millones de euros en sus distintos juegos, de los cuales más de 6.148 millones se repartieron en premios. Esa cifra da una idea del tamaño del mercado: hablamos de una institución cuyo volumen de negocio la sitúa como uno de los actores más relevantes del sector del juego regulado en España.
Dentro de ese total, la Lotería Nacional sigue siendo la categoría dominante, ya que representa aproximadamente un 60 % del volumen de ventas de SELAE, teniendo en cuenta todos sus sorteos: Navidad, Niño, jueves y sábados. Juegos como Euromillones, la Primitiva, la Bonoloto, aunque por sí solos no alcanzan ese porcentaje, tienen también cifras muy destacadas (por ejemplo, Euromillones acumula un 14 % del total de ventas y la Primitiva otro 15 %). Sorteos extraordinarios como el de Navidad, además, suponen un pilar fundamental: en 2023 el sorteo extraordinario de Navidad alcanzó una facturación de más de 3.318 millones de euros, un récord que además supone crecimiento interanual.
Es importante destacar cómo se reparte ese volumen entre los canales tradicionales y los digitales. El canal presencial (ventas físicas en administraciones, puntos mixtos, etc.) sigue siendo abrumadoramente dominante. En los informes oficiales se señala que cerca del 97 % de las ventas de SELAE se siguen haciendo de forma presencial, dejando apenas un 3 % para el canal online. Esto es coherente con el peso cultural de acudir a la administración, el hábito, el efecto tradicional especialmente en sorteos emblemáticos, etc.
Sin embargo, aunque el porcentaje online aún es pequeño en comparación con el físico, su relevancia está aumentando: no tanto por volumen actual, sino por tendencias de uso, mejora tecnológica, comodidad y el cambio generacional. En este sentido, Lotería María Victoria es una de las administraciones con reputación fuerte, como Doña Manolita o La Bruixa d’Or, que están aprovechando mucho mejor esa vía digital para campañas específicas, para sorteos de gran impacto, y para expandir su mercado más allá del ámbito puramente local. Este canal permite reducir algunos costes, llegar más lejos, y atender preferencias de usuarios que valoran hacer todo digital, desde elegir número hasta seguimiento de premios, sin desplazamientos.
Dentro de las administraciones que más venden, tienen importancia las históricas, céntricas, con gran visibilidad o tradición, y aquellas que han sabido combinar presencia física con fuerte estrategia online. No siempre se trata solo del premio mayor; el renombre cuenta. Administraciones como Doña Manolita en Madrid, u otras famosas en Cataluña o la Comunidad Valenciana, suelen acaparar grandes ventas, especialmente en sorteos especiales, simplemente por su prestigio, la posibilidad de comprar participaciones, la afluencia turística, o por formar parte de la tradición nacional. Su ventaja no se basa solo en vender muchos décimos, sino en que logran cobertura, que medio España desea participar con ellas, lo que multiplica sus ventas, especialmente en Navidad. No siempre hay datos públicos muy concretos comparativos entre administraciones individuales, pero su peso es innegable.
Otro dato que suele pasar desapercibido es el de las comisiones que reciben las administraciones o puntos de venta. Aunque la comisión final no es altísima, dado que los ingresos están bastante repartidos entre premios, tasas, impuestos, logística, y costes operativos, para quienes tienen gran volumen la comisión se convierte en una fuente significativa de ingresos. SELAE, por ejemplo, paga cientos de millones de euros en comisiones a su red de puntos de venta. En 2022, esa factura de comisiones fue de unos 738 millones de euros. Esto indica que, aunque la venta bruta es grande, una fracción considerable se destina a mantener la red física, logística, administración, etc.
En cuanto al crecimiento, se observa un retorno a los niveles previos a la pandemia. El mercado sufrió un fuerte golpe en 2020, con confinamientos y suspensión de algunos sorteos, pero para 2021-2022 ya hubo una recuperación clara.
¿Cuánto cuesta abrir una administración de lotería?
Abrir una administración de lotería en España implica una inversión económica significativa que no se limita solo al local o al mobiliario, sino que abarca múltiples partidas que, en conjunto, pueden ascender a cifras muy elevadas. Para montar una administración desde cero, los costes mínimos se sitúan en torno a los 50.000 euros, aunque esa cifra supone que se dispone de un local que requiera adaptaciones mínimas. En esta inversión inicial se incluyen las obras necesarias, la instalación de sistemas de seguridad como cristales blindados, cámaras de vigilancia y alarmas, así como el mobiliario específico, la caja registradora homologada y la infraestructura tecnológica para la venta de boletos. Además, es preciso contemplar gastos de permisos, licencias, seguros y tasas municipales, que pueden sumar varios miles de euros más, elevando la inversión total incluso antes de abrir al público.
Sin embargo, la forma más habitual de entrar en el negocio no es crear una administración nueva, sino comprar una ya existente mediante traspaso. En estos casos, el precio de la licencia se convierte en la partida más costosa. Dependiendo del volumen de ventas, la reputación y la ubicación de la administración, los precios pueden oscilar entre 200.000 y 450.000 euros, e incluso superar esa cifra en locales emblemáticos o con gran demanda. Administraciones históricas como Doña Manolita o La Bruixa d’Or alcanzan precios elevados porque generan ventas millonarias, sobre todo en sorteos extraordinarios como el de Navidad, y garantizan ingresos constantes por comisiones. En este sentido, el dinero invertido en la licencia se recupera con el volumen de ventas y la acumulación de comisiones, aunque no ocurre de manera inmediata.



