Debido a las innumerables posibilidades de negocio y el incremento de variedades y tipología de los mismos, dentro de los propios sectores, el mercado actual, ofrece una extensa gama de balanzas. Diseños y tamaños para todos los gustos, para todas las necesidades y exclusivas para cada sector. Dada la inmensa oferta que podemos encontrar en el mercado, hemos hablado con profesionales del sector de la talla de Balanzas Digitales, para conocer de primera mano, algunos de los criterios mas relevantes a la hora de elegir la solución de pesaje más adecuada.
En el momento de elegir la balanza que pueda ser más adecuada para una determinada actividad o aplicación, es muy conveniente, poseer información los más detallada posible, sobre los diferentes criterios de selección que se pueden aplicar. Por tanto, en este artículo, vamos a desarrollar algunos de esos parámetros de selección que pueden ayudar a despejar dudas sobre la adquisición de uno u otro tipo de balanza.
Criterio uno
Uno de los primeros factores que hay que considerar para llevar a cabo un proceso de selección efectivos, es definir las funciones que deberá desempeñar la balanza dentro del proceso de producción. Por norma general, la balanza se utiliza en un determinado punto de dicho proceso para cumplir una finalidad en concreto.
Teniendo en cuenta que, la función principal de una balanza, es medir el peso de lo que se ponga en ella, es fundamental, determinar, en que punto se va a llevar a cabo dicha medición. A su vez, existen balanzas capaces de contar piezas, balanzas preparadas para clasificar artículos en función de los criterios programados por el usuario e incluso, balanzas diseñadas para pesar lotes.
Por lo tanto, hay que tener muy claro cual es el cometido de la balanza, que tipo de materiales u objetos va a pesar y en que momento concreto del proceso.
Criterio dos
El siguiente de los factores a tener en cuenta para elegir la balanza más adecuada, es conocer el rango del pesaje y el consiguiente tamaño de la balanza. Estos conceptos, se refieren a la cantidad o masa máxima que puede pesar una balanza y al tamaño de la misma, inherente y determinado por el peso que vaya a soportar.
Para pesajes de microgramos a unos treinta kilogramos, la elección mas acertada, puede ser una balanza de mesa. Para pesajes hasta ciento cincuenta kilogramos, son más adecuadas las balanzas de caballete o de suelo y a partir de los trescientos kilogramos, solo pueden utilizarse las balanzas de suelo, por razones más que obvias. En el caso de depósitos y silos, se utilizan receptores de carga, como balanzas de contenedores.
Independientemente del tipo de balanza que se pretenda adquirir, hay que asegurarse de que la capacidad del pesaje de la balanza en cuestión, se encuentre en el rango medio de lo que se pretenda pesar. De este modo, se evita sobrecargar de forma innecesaria la sensible electrónica del dispositivo y se garantiza mayor precisión.
Criterio tres
El siguiente de los factores o criterios a considerar, es la precisión requerida en el pesaje. Este parámetro se entiende como el resultado de la interacción de varios factores en los que influyen cuatro especificaciones cuantificables:
- Resolución.
- Incertidumbre de medición.
- Linealidad.
- Reproducibilidad.
Entendiendo por resolución o precisión de lectura, la alteración mínima de masa que una determinada balanza es capaz de indicar. Por reproducibilidad, la capacidad de la balanza de proporcionar resultados uniformes a lo largo de un determinado periodo de tiempo y con diferentes usuarios. Y por linealidad la determinación de la desviación de una balanza respecto a su precisión en todos los pesos dentro del rango de pesaje. La calibración anual de las balanzas, incluye una prueba de linealidad.
Por último, se denomina incertidumbre de medición a la diferencia del peso real y del medido, respecto a un material u objeto en particular. Esta diferencia, puede verse condicionada por el entorno en el que se realiza el pesaje, entre otros factores.
Criterio cuatro
El entorno donde vaya a colocarse la balanza, también es determinante para su elección. En este sentido, hay que tener en cuenta la elección del material constructivo. Simplificando al máximo, hay que saber que las balanzas, se dividen en dos categorías: estándar y para entornos especiales.
Las balanzas básicas, se fabrican con materiales convencionales de todo tipo, como el plástico o el aluminio y son utilizadas generalmente, en procesos de logística, almacenes o ambientes secos. Sin embargo, para entornos en los que las circunstancias cambian y se requieren mayor higiene y facilidad de limpieza, se utilizan aceros finos.
A su vez, deben tenerse en cuenta los factores perturbadores externos que, pueden perjudicar o dañar de algún modo, los dispositivos o deteriorar su rendimiento.
Criterio cinco
La ineludible normativa por la que se rija el sector en concreto en el que se va a utilizar la balanza. Si bien en muchos sectores, no se confiere demasiada importancia al uso de las balanzas, en otros, sobre todo los industriales, existen especificaciones concretas que los instrumentos de pesaje, deben cumplir.
Las directivas y normativas correspondientes a cada sector deben ser contempladas antes de elegir la balanza en cuestión.
Criterio seis
Conocer de antemano el lugar donde se va a disponer la balanza y contemplar la instalación y puesta en marcha de la misa. El lugar donde se instale, debe encontrarse acondicionado de tal manera que se reduzca al mínimo la humedad, la corrosión, las vibraciones y las interferencias electroestáticas que pueden afectar negativamente a su funcionamiento.
Una vez se desempaquete y examine el dispositivo, debe instalarse en la ubicación final y conectarse a los accesorios correspondientes. Muchos modelos, ofrecen la posibilidad de instalar la unidad en un lugar y la visualización en otro como medida preventiva a la exposición de algunos materiales, o simplemente por comodidad del usuario.
Tras conectar los elementos, deberán ajustarse los parámetros, la resolución y legibilidad para ejecutar la primera calibración. Así, dejamos la balanza operativa.
Para asegurar un buen rendimiento, es conveniente no moverla de lugar. De ahí, la importancia de conocer de antemano, el lugar de ubicación y el entorno donde se va a instalar.
Criterio siete
Como es sabido, estos dispositivos, ya no funcionan colocando pesos en el otro lado de la balanza. Ahora, contienen piezas electrónicas y móviles que se encuentran continuamente, sometidas a cargas. Con el paso del tiempo y el uso, esta carga puede hacer que disminuya la precisión de la balanza. Esto, influye, como es obvio, en el resultado de los pesajes, lo que puede ser causa de diferentes problemas. Por esta razón, es conveniente calibrar las balanzas de forma periódica para garantizar los resultados.
Al adquirir la balanza, es importante saber si el vendedor, ofrece la posibilidad de calibrar la balanza de forma periódica y hacer el mantenimiento correspondiente o, por el contrario, este servicio deberá contratarse por otra vía. Lo ideal es que el servicio, lo preste el vendedor o el fabricante que ya cuenta con la experiencia y conocimientos necesarios sobre sus balanzas.
Criterio ocho
Valorar bien la balanza que vamos a adquirir, requiere también de contar con el factor económico. El presupuesto, puede condicionar notablemente la adquisición. Por tanto, el precio es fundamental que se adapte al bolsillo. Sin embargo, para no condicionar la compra, este factor, se tiene en cuenta cuando ya se ha llevado a cabo una valoración objetiva de las balanzas estudiadas.
No puede esperarse que una balanza de bajo coste, posea una excelente calidad y este dotada de grandes prestaciones. Por otro lado, una balanza con un precio mayor, tampoco es garantía de ofrecer lo mejor. Por eso, lo más adecuado es hacer una evaluación objetiva y minuciosa, guiados por los criterios citados.
Contrastar la misma con los requisitos y necesidades reales de la empresa y los que puedan darse en el futuro, permitirán acotar más aun, la selección inicial. De este modo, pueden ir descartándose opciones hasta llegar a la adecuada.
En última instancia, si tras tener en cuenta los criterios citados, seguimos teniendo dudas sobre la balanza adecuada para el negocio o empresa en cuestión, siempre cabe la posibilidad de consultar a un especialista en balanzas.
Proporcionando la información necesaria, un profesional, será capaz de asesorar sobre cual es el tipo de balanza que necesita la empresa o negocio y recomendarte algunas opciones.
Puede resultar un asunto baladí, pero no lo es. Las balanzas en algunos sectores, son herramientas imprescindibles para que las cadenas de producción sigan sus procesos de forma efectiva, eficaz y eficiente. Un fallo en el pesaje de los productos, artículos o elementos, puede dar al traste con toda una línea de producción.
En sectores como la industria, la alimentación o incluso las farmacéuticas, es inevitable, recurrir a las balanzas de forma constante. Que los pesajes que ofrezca el dispositivo en cuestión, sean fidedignos y precisos, es imprescindible. Por estas mismas razones, invertir en una buena balanza no es ninguna tontería. Más bien es una decisión inteligente, puesto que una mala balanza puede hacer a cualquier negocio, incurrir en gastos extra por un mínimo margen de error y un fallo en la precisión.