El negocio relativo a la moda infantil recupera la sonrisa

Poco a poco, y una vez que la pandemia va dejando paso a esa vieja normalidad que tanto hemos añorado durante prácticamente los dos últimos años, podemos decir que se están recuperando muchos de los indicadores económicos y laborales que existían antes de que, en el mes de marzo del año 2020, nos viéramos obligados a estar mecidos por la más absoluta de las incertidumbres, una incertidumbre que hizo tambalearse los cimientos más sólidos de la economía de este país y de todos los que forman parte de este planeta.

Uno de los negocios que se vio perjudicado con la llegada de un momento como el del inicio del primer Estado de Alarma de 2020 fue el de la moda. La gente, como es lógico, dejó de comprar y empezó a preocuparse más por necesidades básicas teniendo en cuenta que era posible que o perdiera su empleo o se viera abocada a un ERTE. En cualquier caso, no cabía la menor duda de que, ante la situación falta de estabilidad que se presentaba, lo mejor para las familias parecía consistir en limitar al máximo posible el gasto y esperar a que dejara de llover para volver a comprar ropa.

Una vez superada esa situación y superada esa crisis económica iniciada en el año 2007 de la que tanto se habló en su momento, es la hora de recuperar las buenas sensaciones en materia económica… y eso ha sido exactamente lo que ha venido pasando en lo que respecta al negocio de la moda. Incluso la moda infantil, que es de la que más vamos a hablar durante los próximos párrafos, ha notado una mejoría tremenda a pesar de que los índices de natalidad son bastante más bajos que en prácticamente cualquier otro momento de la historia de nuestro país.

Una noticia publicada en el portal web El Cierre Digital informaba de que el gasto de cada familia al año en ropa infantil era de unos 125 euros. Aunque es cierto que se trata de una cifra inferior a la registrada en otros momentos, la verdad es que, en el momento de la publicación de la información (marzo del año pasado, justo antes del confinamiento), la previsión era de que se produjera una remontada de cara al año siguiente. El momento de ver esa recuperación ha llegado. Es ahora cuando debe empezarse a notar el aumento en las ventas… y lo cierto es que así está siendo.

En el año 2016, justo después de que se diera por terminada la crisis del 2007, ya había datos que empezaban a hacer pensar que el sector de la moda estaba de enhorabuena. Por poner un ejemplo, citaremos la noticia del diario El Mundo que os enlazamos a continuación y que dejaba claro que el número de tiendas de ropa en España había crecido después de 13 años en los que las malas noticias habían sido la tónica habitual en un negocio como del que venimos hablando. Ni que decir tiene que la moda infantil también se había visto arrastrada hasta esos malos números.

La moda infantil ha vuelto a recuperar la sonrisa después de que las buenas noticias que dejaron los resultados obtenidos entre los años 2017 y 2019 no se vieran continuadas por culpa de la irrupción de la pandemia. Actualmente, la baja tasa de natalidad no está afectando a este negocio por el hecho de que las familias consumen más y adquieren más prendas por cada uno de los niños y niñas que tienen. Es lo que nos han trasladado desde Confecciones Alber en la primera conversación post-pandemia que hemos mantenido con ellos.

¿Qué hay del futuro?

Es la pregunta que, a buen seguro, se hacen todas las personas que tienen algo que ver con el negocio de la moda infantil tanto en España como en todos los países del planeta. Por una parte, hay que ser realistas: la actualidad deja claro que hay pocas esperanzas para que el índice de natalidad, siquiera, se mantenga igual. Pero, por otro lado, esa cultura de volcarse con todas las necesidades de un recién nacido va a seguir siendo inherente al ser humano, lo que hará que, sin duda, todos sus familiares adquieran algo de ropa para él.

Con todo esto sobre la mesa, la conclusión que tenemos es clara: sigue habiendo futuro en lo que respecta a la moda infantil. Todos los expertos del sector están de acuerdo y no creen que haya motivos para ser negativos de cara a los años que están por venir. Es hora, por tanto, de ponerse manos a la obra y aprovechar un momento como el actual, en el que parece que el viento sopla a favor de la moda infantil, de la moda y de, en términos generales, la economía española y mundial.

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