Me hace gracia comprobar cómo hay mucha gente que considera que, por el mero hecho de ser emprendedora, una persona tiene ya mucho dinero en el bolsillo. La realidad puede ser esa, sí, pero una cosa no conlleva irremediablemente la otra ni mucho menos. Para llegar a esa realidad, hay que trabajar una barbaridad y tener algo de suerte. En caso de no ser así, la combinación de factores que suele pensar la gente no se produce. Pero no, a los emprendedores no nos suele caer el dinero del cielo. Si lo tenemos, es porque algo hemos hecho muy bien… y porque hemos corrido un riesgo en algún momento.
Es precisamente eso lo que conlleva el mérito: correr el riesgo y ser capaces de batirlo. No cabe la menor duda de que lo primero que debemos tener en la cabeza es una buena idea, algo que nos permita ganar dinero y que nos diferencie de las empresas que están haciendo algo parecido a nosotros. Después, hay que trabajarla y conseguir que sea rentable de acuerdo a nuestros intereses. Y después hay que anunciarla a bombo y platillo para que todo el mundo se entere de lo que hacemos y de que somos los mejores en este campo. Ni que decir tiene que toda esa actividad es una carrera de fondo y que no es en absoluto sencilla.
¿Cuánto facturan las pymes en España? Hemos querido aproximarnos a este tema y lo hemos hecho gracias a una noticia publicada en El Economista. Aquí hace una diferenciación entre las propias pymes y se establece que las microempresas apenas superan los 2 millones de euros al año en facturación. De las pequeñas (que cuentan entre 10 y 49 asalariados) el 25% gana entre 2 y 10 millones y dos tercios de las medianas (de 20 a 249 asalariados) ingresan de 2 a 10 millones de euros e incluso las hay que superan los 50 millones. Como veis, hay casos de todo tipo pero sí que hay algo común a todos ellos: el esfuerzo de las personas que se encuentran al mando y que se juegan sus ahorros en su negocio.
No se puede intentar siquiera gestionar todo lo que tiene que ver con una empresa por cuenta del emprendedor. La persona que se encuentre en esta tesitura debe tener la capacidad de dejarse asesorar para intentar maximizar las posibilidades que tiene de éxito. No es posible saber de todo en esta vida, así que habrá campos en los que el emprendedor tendrá que ponerse en manos de las personas que se encuentren especializadas en distintos ámbitos para que nada de lo que afecte a su empresa sea pasado por alto y para que nuestras opciones de tener éxito estén intactas.
Y son muchas las facetas en las que una empresa necesita ayuda externa, sobre todo si estamos hablando de una pyme. Debe estar al tanto de todo lo que tiene que ver con sus obligaciones y derechos fiscales, contables, laborales o incluso jurídicos. Y ya os adelantamos que una sola persona no va a tener la capacidad de controlar todos y cada uno de esos campos. Sin embargo, lo que sí suelen desear los emprendedores de muchas pymes es que una sola entidad les ofrezca ayuda en todos y cada uno de esos campos. Se trata, como señalan desde Coma&Roig, de una cuestión de eficacia, de facilidad para quien dirige un negocio. Por eso, en la mayoría de los casos que atienden en relación a su cartera de clientes, el emprendedor suele optar por obtener todos los tipos de asesoría: fiscal, contable, laboral y jurídica.
Este tipo de servicios resulta básico porque permite que el emprendedor no tenga que estar continuamente pensando en ellos y pueda dedicar su tiempo a las tareas que requiere la propia actividad a la que se dedica: la fabricación de sus productos o la provisión de sus servicios. Cuando eso ocurre, normalmente esa fabricación o provisión dispone de una mayor calidad. Y, como consecuencia, tenemos la capacidad de generar mayor satisfacción entre todos los clientes, esas personas que confían en nosotros y que son fundamentales para nuestro negocio salga adelante con las mejores garantías y los mejores resultados posibles. Ese es el objetivo que todo emprendedor se tiene que poner como meta.
Imaginaos que sois emprendedores y que optáis por no externalizar prácticamente ninguna de las actividades a las que hemos hecho referencia anteriormente. Si un emprendedor tiene que asumir todo eso, es bastante posible que no vaya a poder hacer frente con garantías a las demás cuestiones que están asociadas a él. Y eso va a repercutir de una manera bastante negativa en su negocio. Por eso todo el mundo se decanta por contar con profesionales en campos como lo fiscal, lo contable o lo laboral. Por eso y por el hecho de que, además, gestionar todas esas cosas por uno mismo puede dar lugar a que cometamos errores que terminen ocasionándonos multas de una magnitud más que considerable. Es mejor hacer las cosas bien.
Contar con la ayuda de los mejores profesionales para resolver estas cuestiones es fundamental para la salud del negocio y precisamente por eso debemos poner todo nuestro empeño en contactar con ellos. Ser emprendedor no es fácil y es imposible tener controlado hasta el último asunto que tenga que ver con nuestra empresa. Debemos asumirlo y no pecar de orgullo, que siempre suele ser uno de los elementos que lo estropea todo. Confiar en los mejores asesores es sinónimo de tener el negocio bien controlado y en buenas manos. Por tanto, se trata de una actividad que no podemos dejar pasar la oportunidad de realizar.
Un buen momento para las empresas en España
Estamos en un buen momento económico en España. Es verdad que nos ha costado llegar hasta aquí porque, desde la crisis económica producida en el año 2007, habíamos pasado por situaciones muy malas, con altos porcentajes de paro y con muchas empresas de todo tipo quebrando. Cuando parecía haber pasado la tormenta, llegó el coronavirus y la incertidumbre volvió a caracterizar la realidad de los españoles y las españolas. Por suerte, el crecimiento que venimos experimentando desde después de la pandemia está siendo importante y sostenido. Eso ha creado un clima propicio para la creación de empresas en todos los sectores.
Y es por eso por lo que existen noticias como la que os vamos a enlazar a continuación. Se trata de una que firma el diario El Economista y que asegura que España cerró el año 2024 con 118.000 empresas creadas (un 9% más que en 2023). Esta cifra era la más alta desde 2007, el año previo a la llegada de esa crisis de la que hemos empezado hablando en el párrafo anterior. Por tanto, nos encontramos en un buen momento, es algo obvio. Y es una etapa en la que el emprendimiento es una buena idea porque tenemos más oportunidades para crecer y desarrollar el negocio que siempre hemos tenido en la mente.
Está claro que la economía es cíclica y que, en algún momento, la situación dejará de ser tan buena como lo es a día de hoy para dar lugar a una recesión. Es algo inevitable, que ocurre con todos los gobiernos y en todos los sitios del mundo. Lo importante es que tengamos en cuenta que ahora estamos en un momento idóneo para comenzar un proyecto y que tenemos muchas más opciones de superar las conocidas complicaciones de los primeros tres años ahora que en otro momento en el cual la economía se encuentre en una situación mucho peor que la que tenemos a día de hoy.
Estamos convencidos de que hay mucha gente que se ha animado a emprender en los últimos tiempos precisamente porque la situación de nuestra economía es mejor que la que teníamos hace algunos años en España. Y es que es completamente cierto que estamos en una situación muy buena ya no solo a nivel nacional, sino también más allá de nuestras fronteras. Es algo que debemos aprovechar si queremos tener éxito en el mundo de los negocios. Desde luego, sigue siendo un acto de mucho valor emprender un negocio por su cuenta y no cabe la menor duda de que esto va a tener un impacto de lo más positivo a nivel social para nuestro país y la ciudad en la que decidamos emprender este camino.
Siempre hemos sido un país de emprendedores y lo continuamos siendo en los momentos en los que nos encontramos. Pero es vital que, en el caso de que lo necesitemos, solicitemos ayuda a los profesionales adecuados porque vamos a conseguir maximizar nuestra eficiencia en el tiempo del que disponemos. En un mundo en el que la rapidez lo es todo para asegurar la competitividad, tener la capacidad de solventar todos esos asuntos a través de una persona que esté especializada en ellos es fundamental. Es lo que puede marcar la diferencia entre un negocio exitoso y otro que no haya alcanzado aquello que sus dirigentes esperaban conseguir.