El aluminio constituye el 8% de la superficie terrestre

El aluminio lo encontramos en las latas de bebidas, en los coches, electrodomésticos, aviones, aparatos electrónicos, etc.

Es el metal más abundante de la naturaleza y constituye el 8% de la superficie terrestre. Es necesario extraerlo de un mineral llamado bauxita, que fue descubierto por Pierre Berthier.

La empresa Valcomaq, experta en maquinaria para aluminio, nos informa que las industrias apuestan por este material por las siguientes razones: su ligereza, capacidad de conducción del calor, maleabilidad, resistencia a la corrosión, reciclabilidad y sostenibilidad.

“El aluminio, lo mismo que otros metales, lleva más de un siglo siendo un material que se recicla, fundiéndose y transformándose de un objeto a otro. La producción de aluminio comenzó a llevarse a cabo en el año 1888. Estimamos que, desde entonces, se han producido unos 700 millones de toneladas. Una buena cantidad de ese aluminio, en torno al 75%, sigue aún en fase de uso”, afirma el presidente de la Asociación Española del Aluminio (AEA), Armando Mateos.

El presidente de la AEA añade que sectores como “la construcción y la automoción ya reciclan más del 90% del aluminio que emplean”.

El aluminio puede reciclarse infinitamente sin perder sus cualidades. «A la hora de producir aluminio reciclado, hace falta tan sólo un 5% de la energía que se empleó para su fabricación la primera vez”, dice Mateos.

Muchas personas apuestan por las ventanas de aluminio por las siguientes ventajas:

-No emiten humos.

-Ahorran más energía.

-Duran mucho.

-Resisten temperaturas mucho mayores.

En la actualidad este metal se utiliza para ventanas, trenes de alta velocidad, automóviles, latas de bebida, telecomunicaciones, utensilios de cocina, etc.

El aluminio es un material que no emite olor ni sabor. Te aconsejamos las sartenes de aluminio fundido porque calientan de manera uniforme y reducen el consumo energético.

Este material se ajusta a la temperatura y tiene una gran capacidad calorífica. Antes de usar por primera vez una sartén de aluminio es aconsejable lavarla y aplicarle una fina capa de aceite que cubra toda la superficie.

En tu cocina tampoco puede faltar una olla fabricada en aluminio fundido, ya que se ajusta a la temperatura y puede mantener la cantidad de calor adecuada.

Es muy importante saber limpiar el aluminio, así que mezcla vinagre y agua en una cacerola. Después frota la superficie con una esponja impregnada en esta mezcla.

Por último, se enjuaga con una bayeta humedecida. Pero si las manchas son más resistentes, puedes mezclar medio litro de agua con 100 ml de amoníaco. Moja la esponja en esa mezcla y frota suavemente el aluminio.

Debes saber que con la acumulación de suciedades el aluminio puede llegar a oxidarse. Si esto ocurre puedes utilizar ingredientes que tienes en casa, como el kétchup.

Te aconsejamos que frotes con kétchup la superficie y deja que actúe durante 15 minutos. Después limpia la zona con un trapo durante el aclarado.

Apuesta por el aluminio y evita los utensilios de plástico que contengan BPA. Si el utensilio de cocina no es de calidad al calentarse puede desprender sustancias que son tóxicas para el organismo.

También puedes optar por los utensilios de metal. «Este material tiene fama de ser ligero y muy resistente, estable para cocinar tanto en frío como en caliente. Además, mantiene alejados los malos olores y las bacterias porque no los retiene. Los utensilios de cocina de acero son resistentes y pueden durar años y décadas, no se astillan, ni se oxidan ni se rayan. Los utensilios de cocina de acero son irrompibles y pueden soportar temperaturas extremas. A diferencia de la madera, este metal sí es fácil de limpiar con agua y jabón o en el lavavajillas», informan desde elDiario.es

Los utensilios de acero inoxidable son resistentes y tampoco reaccionan químicamente a los ácidos de los alimentos. Este material dura mucho tiempo en perfectas condiciones.

Es soldable, por lo que se puede doblar para conseguir mesas y todo tipo de muebles. El acero inoxidable es bastante higiénico y su superficie lisa es fácil de limpiar.

Resistente a bacterias y a los gérmenes, por eso tiene tanto éxito en la industria hostelera. También se utiliza este material en hostelería por razones económicas y porque no reacciona químicamente a los ácidos de los alimentos.

Si tienes una cocina con muebles de este material, debes realizar una limpieza constante, para que no acumule la grasa. Usa una bayeta de microfibra con agua caliente y jabón.

Sin embargo, para manchas difíciles puedes utilizar bicarbonato y abrillantadores especializados. No es aconsejable usar un
producto de limpieza que contenga cloro, porque es abrasivo para el acero inoxidable.

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