Un servicio que cada vez más personas descubren

Los años pasan para todos, incluso para las personas más vitales. Esto es un hecho y aunque nos cueste aceptarlo, llega un momento es que es complicado cuidar a las personas mayores, bien por las patologías que arrastran o porque la vida que se lleva actualmente no permite cuidarlas como se merecen. Otro capítulo ocuparían esas personas mayores que no quieren renunciar a la parcela de intimidad para sus vidas.

Con mis tíos pasaba exactamente eso, ellos nunca tuvieron hijos y han estado siempre muy acostumbrados a ir a su bola y hacer exactamente lo que les daba la gana. Por ese motivo, siempre fueron muy independientes y tuvieron en general una vida muy ociosa.

Lo que ocurre es que, como decíamos al principio, los años pasan y vivían en un piso sin ascensor sumado a una zona bastante movidita de Madrid para el ocio nocturno que estaba haciendo que no fuera el lugar más adecuado para unas personas de 80 y algunos años.

Un día que iba en el metro, vi una noticia de prensa que hablaba sobre los apartamentos tutelados para personas mayores en España y me decidí cuando llegué a casa a llamar a una de las residencias que nombraron, Sanvital.es. Hablaban muy bien de esta residencia y sus pisos tutelados por lo que me pareció una buena idea contactar con ellos y así saber más sobre sus servicios.

Lo consulté con mi mujer y efectivamente llamamos. Desde el principio fueron bastante amables con nosotros, sin ningún reparo a aclararnos la multitud de dudas que teníamos. Os cuento un poco resumidamente:

En esta residencia cuentan con unos apartamentos para mayores que son una opción para todas las personas mayores que quieran disfrutar de la intimidad y el calor que tienen en su hogar, con además una atención bastante cercana y personalizada.

Lo cierto es que esa mezcla entre poder vivir con independencia total y a la vez pudiendo disfrutar de las actividades e instalaciones de los residentes, hace que el ambiente sea humano, contando con algo que para nosotros era importante, un sistema de teleasistencia y poder contar con supervisión médica en todo momento por un equipo de profesionales cualificados.

Nos gustó tanto lo que nos contaron que decidimos ir con nuestros tíos a ver que nos parecían estos apartamentos. A ellos no les hacía demasiada gracia lo de ir a una residencia, por lo que esta alternativa que les contamos les pareció mejor, además mi tío tiene una hermana en Girona que está con su marido en otro apartamento tutelado y se encuentra genial allí.

Nos sorprendieron lo modernas de las instalaciones y lo bonitos que eran los pisos, donde te daban la opción de amueblarlos con cosas de tu casa u optar por unos ya amueblados. El ambiente nos pareció idílico y una buena oportunidad para ellos, pues al contar con la monitorización médica, podían estar más al cuidado de tomas de medicamentos y demás, pues tienen una edad y nunca se sabe cuándo puede haber un despiste.

La residencia podían ser permanente o temporal, algo que es a valorar, en el caso de mis tíos optaron por la permanente. Estamos ante una residencia que tiene 117 apartamentos, donde al enseñarnos los tipos de apartamentos vimos que todo el mundo podía tener un apartamento a su medida. Sinceramente daban ganas de quedarse ahí, parecía una residencial de vacaciones veraniega.

Al final, mis tíos encontraron una opción a su medida

Parece mentira, pero han pasado ya un año y nuestros tíos están la mar de contentos, ya que al ser autónomos y valerse por sí mismos, disfrutan de la vida con más compañía y con la tranquilidad de quien está bien cuidado.

Si tenéis padres u otros familiares y queréis informaros sobre esta opción os la recomiendo, bastante mejor que el concepto típico de residencia, sobre todo por la autonomía. Es un concepto relativamente nuevo en nuestro país, pero que lleva ya años en otros países como Estados Unidos o Canadá, donde es algo más común que aquí.

En los países anglosajones son las personas en general más independientes, no tan familiares como en la cultura mediterránea y están acostumbrados a querer mantener su independencia personal, algo que se logra, sin duda

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