Para muchas parejas organizar su boda es toda una odisea, además de un gasto que muchas no pueden asumir. Por ello, cada vez más parejas eligen fórmulas alternativas más asequibles a la hora de realizar este tipo de celebraciones. Y es que cuando pensamos en la forma de realizar el banquete nupcial, podemos decantarnos por la forma más tradicional servida en un restaurante, si bien también podemos elegir realizar un banquete tipo cóctel o estilo bufet.
La comida tradicional es el clásico y el tipo de celebración más tradicional, lo que suele elegir todo el mundo desde hace años. En este tipo de banquete se suele ofrecer un aperitivo antes de pasar al salón o al espacio donde se servirá la comida. Los invitados sentados en sus mesas y los camareros sirven el menú compuesto por entrantes, uno o dos platos principales, vinos, licores y postres. Es una opción muy cómoda pero también algo más cara.
Otra posibilidad es organizar un banquete tipo Bufet que es una idea más original y divertida para una boda. Una comida tipo bufet con un ambiente más informal y ameno que un servicio de mesa, ya que se compone de una gran variedad de platos y menús diferentes.
Un Banquete tipo Cóctel
Por otro lado, están los banquetes tipo cóctel. El pasado año me invitaron a una boda más “informal” en la que organizaron este tipo de banquete.
Los novios se habían casado por lo civil y nos pusieron un video editado con mucho humor sobre el acontecimiento.
Después se dio paso al cóctel. Habían contratado los servicios de la empresa Catering Delisi, me gustó tanto la forma en que lo hicieron que tuve que preguntarles la empresa de catering encargada de hacerlo. Además, apunté todos y cada uno de los aperitivos pensando en hacer lo mismo cuando celebrara mi propia boda.
El menú era exquisito tenía una amplia variedad de aperitivos fríos como cucuruchos de Patatas Fritas con Boquerones en Vinagre, Jamón Ibérico de Bellota con Picos Artesanos, Cecina de León en Aceite con Almendras Fritas, una Selección de Quesos Nacionales e Internacionales con Membrillo, Uvas, Frutos Secos y Panes Artesanos, Cucharas de Burratina con Tapenade de Tomates Secos, Gazpacho de Tomates Raf o Crema de Melón de Cantaloupe , Chupa Chup de Foie gras con Higos, Bocados de Tartare de Salmón Ahumado en Pan Polar, Ceviche de Dorada, Tartaletas Variadas de Jamón Glaseado y Piña y la de Paté Ibérico con Encurtidos una de mis favoritas.
La oferta no era menos variada para los aperitivos calientes con Vasitos de Parmentier con Setas y Trufa, Raviolón de Ricotta y Pera con Salsa de Nueces, Croquetas Caseras de Jamón Ibérico, Croquetas Caseras de Chipirones en su Tinta, Crujientes de Rabo de Toro, Tartaletas Gratinadas de Txangurro, Bochetas de Pulpo, Mini Pitas de Pollo a la Mostaza Antigua, Mini Hamburguesas de Buey, Mini Cazuelas de Carrillada Ibérica.
Por último, mi parte favorita del cóctel que llegó con los postres entre los que había una riquísima Tarta Artesanal y una selección de Trufas de Chocolate Negro que hacen que se te olviden todos los males.
La verdad es que no me cabe duda, después de asistir como invitada a su boda, de que esta es una de las opciones más sencillas a la hora de organizar un banquete de boda, y también la más económica en relación a las anteriores.
Se trata de un evento sin formalismos, divertido y con ritmo. La diversidad de platos es menor que en la opción del bufet y la elaboración es algo más simple, pero la gente está de pies, se mezclan unos con otros y tienen más oportunidad de conversar y disfrutar de un ambiente más amistoso y distendido.