La mía es una trayectoria profesional de lo más peculiar. En algunas reuniones de antiguos alumnos de Formatic Barcelona siempre me preguntan cómo después de hacer un Máster en Relaciones Públicas y Comunicación en esta Universidad terminé por convertirme en una experta negociadora para cerrar todo tipo de negocios con japoneses.
La verdad es que el Máster que hice en esta Universidad, una de las mejores en este tipo de estudios me ayudó mucho.
Sobretodo asignaturas como “Instrumentos y técnicas de comunicación interna” pero además de todas estas estrategias que serían de vital importancia en mi trayectoria, otra de las razones era mi talento no solo para los idiomas sino también para mimetizarme con cualquier cultura.
Siempre he tenido una facilidad especial para empatizar e ir más allá de las diferencias culturales. Entender la importancia del protocolo y de conocer las peculiaridades de cada persona atendiendo a su cultura.
Por alguna razón, ya desde niña siempre había sentido una fascinación muy especial por la cultura oriental. Me atraía su especial amabilidad y quietud, así como la sabiduría que provenía de sus tradiciones filosóficas desde el Zen hasta el taoísmo.
Con el tiempo desarrollé un gran conocimiento de estas culturas y una curiosidad insaciable que me haría pasar un año en Japón enseñando inglés en un Colegio.
Ese año fue una de las mejores experiencias de mi vida, su cultura pasó a formar parte de mí, la integré y me aportó valores que me han convertido en quién soy hoy en día.
Claves para salir Exitoso en una Negociación en Japón
Una vez que mi nivel de japonés era lo suficientemente bueno, empecé a buscar trabajo en empresas de exportación e importación. Así como empezó todo.
Así, algo que hay que tener muy en cuenta si queremos hacer negocios con Japón. es que en el primer encuentro nunca se cierran las negociaciones. El primer encuentro es una toma de contacto. Es algo que siempre me ha gustado de su forma de negociar.
En Japón todo es un ritual, empezando por tomar el té y acabando por la firma de un contrato beneficiosos para ambas partes. La calma y la paciencia son dos virtudes fundamentales si queremos salir airosos de nuestras negociaciones con empresarios de Japón.
Primero se intercambian tarjetas de presentación, luego se vierte el té, luego volvemos a tomar té y así hasta que puedan ubicarte. Ellos necesitan saber quién eres en la empresa, saber cuál es tu jerarquía y cómo corresponde su status con el de ellos.
La idea es sembrar una relación a largo plazo. Son extremadamente cordiales y algo característico y peculiar, es que escuchan muy atentamente y asienten todo el rato. No hay que malinterpretarlo como que estén de acuerdo con una propuesta de negocio sino más bien como una simple forma de expresar que están atentos a lo que les estamos comentado.
Se suelen quedar callados, pensativos, tratado de proyectar lo que les estás diciendo, esto es resultado de tratarse de personas metódicas que siempre están valorando las opciones a largo plazo.
Otro punto muy importante que debemos de tener en cuenta, sobre todo los españoles, por nuestra diferencia cultural en este sentido, es que los orientales se disculpan todo el tiempo, es una señal de máxima cortesía. A veces se disculpan incluso antes de haberse equivocado.
También es curioso su espíritu de grupo, algo que está muy arraigado. No es de extrañar que para una negociación aparezca un grupo de personas.
Normalmente, una buena señal de que la negociación va a llegar a buen puerto es si ves que empiezan a hacer muchas preguntas, solicitan información, piden detalles, abren espacios de socialización, hablan de dinero o finalmente concretan fechas y términos especiales de la firma del contrato.