La necesidad de digitalizarse es imperiosa para todos los negocios que forman parte de la economía española. Algunos ya lo han conseguido a lo largo de los últimos años, ya haya sido a causa de la pandemia o no. Pero otros se encuentran todavía en una fase inicial de esa digitalización o ni siquiera la han propuesto. Es ahí donde se encuentra el gran problema de muchos emprendedores a día de hoy. Y es que, si no hay una digitalización de procesos, difícilmente se puede llegar a competir con las entidades de nuestro sector que sí las realizan.
¿Por qué hay empresas que no se digitalizan? Es la gran pregunta que rodea a todo este asunto en pleno año 2023. La respuesta es difícil de ofrecer. Algunas personas pueden decir que los negocios no tienen la capacidad económica para eso, pero lo cierto es que tampoco es tan caro digitalizar todos los procesos con los que cuenta un negocio a fin de hacerlo más eficaz. Otros comercios, en cambio, no se actualizan por el hecho de que no conocen todo lo que implica esa digitalización en términos legales. Eso es suficiente para que muchos se echen atrás y ni siquiera se planteen una mejora en su negocio.
¿Cómo es posible que haya negocios cuyos responsables no se planteen una digitalización en sus procesos por el simple hecho de que no conocen sus implicaciones legales? En la sociedad post moderna en la que vivimos, tenemos que luchar para que esto deje de ser así. Pero sí, según lo que nos han hecho saber desde García-Cancho Abogados, existe un cierto miedo a todas esas implicaciones legales especialmente entre las pymes. Lo cierto es que estas implicaciones no son tantas y que, quien decide digitalizar sus procesos, las cubre sin excesivos problemas, adaptándose de una manera bastante rápida a esos nuevos procesos sin caer en problemas legales de ningún tipo.
Repasemos algunos de los datos que están directamente conectados con la digitalización de las empresas en nuestro país. Según lo que indica una noticia publicada en el portal web de RRHH Digital, el 70% de las empresas españolas se han digitalizado durante la pandemia. Ese porcentaje se une al de todas esas empresas que ya se habían digitalizado antes de la llegada del coronavirus, si bien es cierto que el porcentaje de estas últimas era bastante reducido. Como veis y como seguramente os habríais podido imaginar, la pandemia ha tenido un impacto tremendo en este sentido.
Según los datos que maneja el Diario de Sevilla, las empresas españolas están por debajo de la media europea en lo que tiene que ver con la digitalización. Y este es un problema que se debe tener en cuenta a la hora de valorar la rentabilidad y los beneficios obtenidos por las empresas de nuestro país en comparación con las que tienen nuestros socios europeos. Si queremos apostar por la productividad, hay que disponer de las mejores herramientas digitales. Si no las tenemos, hay que prepararse para producir bienes y prestar servicios de peor calidad y que tarden más en generarse.
La necesidad de congeniar con el mundo digital
Son muchos los argumentos que se pueden llegar a esgrimir para apostar por la digitalización como una de las mejores herramientas de crecimiento empresarial. Las desventajas prácticamente son inexistentes porque todo funciona mucho más rápido, se es más preciso en la ejecución de los trabajos, se minimizan los errores y, en resumidas cuentas, se opera de un modo que guía de una manera mucho más apta a la empresa para que consiga todos y cada uno de los objetivos económicos que percibe con la producción de sus bienes o la prestación de sus servicios.
No es de extrañar que mucha gente haya empezado a darle a sus empresas ese aire moderno que implica el ser digital. Gracias a eso, los métodos de trabajo han cambiado por completo e incluso se han podido reducir muchos costes. Uno de los ejemplos más claros ha sido el hecho de que, al tener la posibilidad de teletrabajar, la inversión en alquileres o compra de edificios ya no es tan necesaria. Y estamos hablando de lo que, sin duda, era uno de los grandes gastos para las empresas.
Nos encontramos en un mundo en el que hay que apostar por lo digital. No cabe duda de que es algo que no podemos evitar y que va a marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso a la hora de dirigir una entidad y obtener beneficios. En España hay que dar un paso más hacia delante en este sentido y creemos que la manera más eficaz de hacerlo es seguir haciendo posible que exista una conexión más profunda entre todo lo que tiene que ver con lo digital y la actividad que generan las empresas.