María quiere comprar, lleva años con ese sueño y no piensa renunciar. Las cosas le van bien ahora, le han subido el sueldo y piensa que este es el momento. A pesar de la recuperación del mercado inmobiliario los pisos no son demasiado caros y puede permitírselo. No en el centro, pero si en una zona residencial alejada de la ciudad y bien comunicada. Ha ahorrado, se ha cortado de muchas cosas, y a pesar de lo que diga su madre, a pesar de la cara de rancio de su padre, piensa hacerlo. De hecho, ya casi lo tiene. Lo que queda es un mero trámite y en nada, tendrá su propia casa.
Seguir Leyendo