Cómo cubrirte las espaldas si tienes un accidente laboral

accidente laboral

Cuando te levantas para ir a trabajar, lo último que imaginas es que ese día puede acabar en urgencias. Sin embargo, los accidentes laborales pasan más de lo que parece. Y cuando ocurren, no siempre la empresa juega limpio. Muchas intentan esquivar responsabilidades, minimizar lo que te ha pasado o incluso presionarte para que sigas trabajando como si nada.

Si alguna vez te encuentras en esa situación, lo peor que puedes hacer es quedarte de brazos cruzados. Hay pasos que puedes dar desde el primer momento para protegerte, defender tus derechos y asegurarte de que no te tomen el pelo.

 

Lo primero que tienes que hacer tras un accidente laboral

Cuando sufres un accidente en el trabajo, lo más importante es que quede constancia. Muchas empresas intentan convencerte de que no hace falta hacer parte del accidente, que vayas a casa a descansar o que lo soluciones en el médico de cabecera. Ese es el primer error que no puedes cometer.

Tienes que acudir a la mutua laboral que cubre a tu empresa y exigir que se haga un parte de accidente. Esa es la prueba más clara de que lo que te ocurrió fue trabajando. Si vas directamente al médico de cabecera, puede que luego la empresa diga que no está claro que fuera un accidente laboral, y ahí empieza el problema.

Además, debes pedir siempre una copia de todos los documentos que rellenes o que firme el médico de la mutua. Con eso ya tienes una primera línea de defensa frente a posibles excusas que puedan poner más adelante.

 

Trampas habituales de las empresas

Hay una serie de maniobras que son bastante comunes y con las que intentan reducir costes o evitar responsabilidades. Conviene que las tengas en mente para que no te pillen desprevenido:

  • Negar que el accidente fue laboral: te dicen que estabas fuera de tu horario o que no estabas en tu puesto cuando ocurrió.
  • Presionarte para volver antes de tiempo: aunque no estés recuperado, insisten en que vuelvas cuanto antes.
  • Ofrecerte tareas distintas para no reconocer la baja: intentan que sigas trabajando en otra función, pero sin declararte oficialmente en situación de incapacidad.
  • No comunicar el accidente a la Seguridad Social: si no lo notifican, oficialmente no existe.

Saber que estas trampas existen es el primer paso para enfrentarte a ellas.

 

Qué derechos tienes en caso de accidente laboral

La ley en nuestro país es clara: si tienes un accidente de trabajo, la empresa debe hacerse cargo de la asistencia sanitaria a través de la mutua y tú tienes derecho a percibir una prestación económica mientras dure la baja. Esa prestación es superior a la de una baja común.

Además, si el accidente fue por negligencia de la empresa, puedes reclamar una indemnización adicional. Esto ocurre, por ejemplo, si no te dieron la formación adecuada, si no tenías el equipo de protección necesario o si se incumplían normas de seguridad.

También tienes derecho a que tu puesto se mantenga durante la baja. No pueden despedirte por estar de baja médica derivada de un accidente laboral. Y si lo hacen, ese despido puede declararse nulo en los tribunales.

 

Cómo defenderte de presiones y amenazas

Uno de los problemas más frecuentes tras un accidente es la presión que ejerce la empresa. Pueden insinuar que si coges la baja tu puesto corre peligro, que los compañeros se van a cargar de más trabajo o que el accidente fue culpa tuya.

Lo importante es que entiendas que esa presión no tiene base legal. Estás protegido y, aunque puedan intentar manipularte, la normativa laboral está de tu lado.

Lo que sí debes hacer es guardar pruebas. Mensajes, correos electrónicos o cualquier comunicación en la que se vea que te están presionando puede servirte en caso de tener que defenderte. Muchas veces, cuando saben que estás recopilando pruebas, bajan el tono rápidamente.

 

El papel de los abogados en estos casos

Hay situaciones en las que por mucho que quieras defenderte, la empresa se mueve con ventaja. Tienen sus propios asesores y abogados que saben dónde apretar. En estos casos, contar con asesoría legal es clave.

Desde Abogados Unidos explican que uno de los errores más frecuentes de los trabajadores es no actuar rápido. Si no presentas reclamaciones en plazo o no conservas la documentación necesaria, la empresa puede salirse con la suya. Ellos destacan que algo tan simple como no pedir copia del parte de accidente ya puede complicar mucho el caso.

También subrayan que, si sospechas que el accidente fue por falta de medidas de seguridad, es fundamental que recopiles pruebas cuanto antes: fotos del lugar, testimonios de compañeros o cualquier detalle que muestre que las condiciones no eran seguras. Con esa información, el trabajador puede reclamar una indemnización adicional que muchas veces la empresa trata de evitar.

 

Qué hacer si intentan despedirte tras el accidente

Aunque la ley lo prohíbe, algunos empleadores recurren a despidos encubiertos. Alegan bajo rendimiento, reestructuración de la plantilla o cualquier otra excusa para librarse de ti tras un accidente.

Si esto ocurre, lo primero es no firmar nada sin asesoramiento. Muchas veces te ponen delante un documento con la promesa de una indemnización rápida, pero lo que estás haciendo es renunciar a tus derechos.

Debes acudir a un abogado laboralista lo antes posible para impugnar el despido. Si logras demostrar que está relacionado con el accidente, puede declararse nulo. Eso significa que tendrían que readmitirte y pagarte los salarios dejados de percibir.

 

Cómo actuar si la empresa no reconoce la baja laboral

Hay casos en los que la mutua, presionada por la empresa, intenta catalogar tu problema como enfermedad común en lugar de accidente laboral. Eso implica cobrar menos y perder ciertos derechos.

Si te pasa, no te quedes conforme. Puedes recurrir esa decisión ante la Seguridad Social. Es un proceso que lleva tiempo, pero tienes que iniciarlo cuanto antes. Aquí de nuevo la asesoría legal se convierte en tu mejor arma.

La clave está en las pruebas médicas. Guarda todos los informes y certificados, incluso si los consigues en el hospital o en tu médico de cabecera. Cuantos más documentos acrediten que el accidente ocurrió trabajando, más fácil será ganar el recurso.

 

Por qué nunca debes minimizar un accidente

Muchas veces, por vergüenza, miedo a represalias o simplemente porque quieres evitarte líos, puedes caer en la tentación de restarle importancia a lo que te ha pasado en el trabajo. Piensas que es una caída tonta, un golpe sin consecuencias o un dolor que desaparecerá en un par de días. Ese es uno de los mayores errores que puedes cometer.

El cuerpo no siempre muestra al instante la gravedad de una lesión. Una contractura puede transformarse en una hernia, un golpe leve en la cabeza puede dar problemas neurológicos con el tiempo y una torcedura aparentemente simple puede acabar generando limitaciones crónicas. Si no has registrado ese accidente desde el primer momento, después será mucho más complicado vincular esa dolencia al trabajo.

Otro problema frecuente es que, si no notificas el accidente, la empresa y la mutua lo utilizarán en tu contra. Alegarán que si no lo denunciaste en el momento fue porque no ocurrió en el trabajo, y entonces te tocará a ti demostrar lo contrario. Esto no solo afecta a la prestación económica durante la baja, sino también a cualquier posible incapacidad o indemnización que puedas necesitar más adelante.

También hay que tener en cuenta que, al callar un accidente, no solo te perjudicas tú. Si las condiciones de seguridad no eran correctas y nadie denuncia, la empresa seguirá actuando igual, y el siguiente en tener un problema puede ser un compañero. Dar parte no es solo proteger tus derechos, también es contribuir a que no se repitan las mismas negligencias.

Por eso, aunque sea incómodo, aunque pienses que no vale la pena, la mejor decisión siempre es dejar constancia por escrito y acudir a la mutua.

 

Cómo prepararte antes de que ocurra

Aunque nadie quiere pensar en accidentes, estar preparado te da ventaja. Infórmate de qué mutua tiene contratada tu empresa, revisa si en tu convenio hay cláusulas específicas sobre accidentes y ten claro a qué teléfono llamar en caso de urgencia.

También es recomendable hablar con tus compañeros y, si existe, con el comité de empresa o los delegados de prevención. Ellos pueden ayudarte si alguna vez necesitas apoyo para denunciar una irregularidad.

Estar informado no evita el accidente, pero sí evita que te quedes indefenso.

 

Protégete siempre, aunque parezca innecesario

Un accidente laboral puede cambiar tu vida más de lo que piensas. Y lo que marque la diferencia no es solo la gravedad de la lesión, sino cómo actúes después. Si te dejas llevar por lo que la empresa te diga, corres el riesgo de perder derechos, dinero y estabilidad.

En cambio, si desde el principio dejas constancia, guardas pruebas y pides asesoramiento cuando haga falta, estarás cubierto frente a cualquier intento de manipulación. No se trata de desconfiar por sistema, pero sí de no ponérselo fácil a quienes buscan ahorrarse costes a tu costa.

Al final, tu salud y tu futuro laboral están en juego. Y eso vale mucho más que cualquier excusa de la empresa.

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